lunes, 14 de diciembre de 2009

Grupos de consumo ecológico (I)


Niños y niñas, en estas fechas tan propicias, os voy a contar un cuento que es totalmente cierto. Venid, venid, sentaos alrededor de esta chimenea que he hecho en petit point:

Hará ya como dos años, unos militantes jóvenes de izquierdas se decidieron a montar algo con gente que no militaba en ningún sitio, pero que compartiesen con ellos los bellos ideales que nos guían a todos. Por motivos que no vienen al caso, uno de ellos conocía a una persona que había estudiado ambientales y que en su época universitaria tenía un grupo de consumo ecológico.

Así que una vez hechas las consultas, debates y estudios pertinentes, nació nuestra cooperativa de consumo ecológico. Empezamos poquitos, unos 10.

El primer problema que nos encontramos era de tipo organizativo, qué eramos, qué queríamos ser, hasta donde queríamos abarcar... Largos y reflexivos debates de los que aprendimos mucho.

Una vez que habíamos dejado más o menos resueltas las duda del párrafo anterior, nos vino el primer gran problema: ¿hay vida al otro lado?

Nos pusimos a buscar productores que cumplieran una serie de reglas; respeto al medio ambiente (sin cultivo intensivo, sin tóxicos...), que fuesen de la CAM (por aquello de minimizar la huella ecológica), que los trabajadores tuviesen condiciones laborales dignas, que la huerta se pudiese visitar....

No os podéis imaginar lo difícil que es encontrar productores que cumplan esos requisitos. Los que más nos gustaban no podían abarcar más. Lógico si piensas que en esto no hay metidos grandes terratenientes, es complicado ahorrar de las plusvalías que se saca de producir naranjas ecológicas para usar esos ahorros en comprar nuevas tierras y que cualquiera pide hoy un crédito para comprar una finca y trabajarla.

Los que más nos gustaban y estaban dispuestos a acepatarnos como grupo de consumo nos exigían un nivel de compromiso que era inasumible por nuestra parte. Cosas como ir a ayudar en la época de la recolecta o de la siembra. Y que nadie se piense que no queríamos mancharnos las manos de barro (éste que les habla en unas semanas estará cogiendo aceitunas en el pueblo de su padre), lo que no teníamos era tiempo para tal compromiso.

Al final, tras mucho buscar y mucho probar, por motivos que darían para otro post, decidimos buscar otros productores fuera de la CAM. Tras varios meses buscando, al final dando vueltas, encontramos a uno en Almería que tenía una cooperativa que cumplía más o menos nuestros cánones. El productor se llama Paco, y su cooperativa Ecoindalo.

En la próxima entrega os cuento qué nos gustó de él, qué no nos gusta, y el nombre de nuestra cooperativa que mola un pegote.

2 comentarios:

Javi dijo...

Mola*


*Sí, en efecto, me caracterizo por comentarios currados y de gran transcendencia metafísica.

A bloguear dijo...

Tú si que molas. El resto de la gente que no comenta, no mola.