Tenía una entrada pendiente sobre el acuerdo del gobierno con los dos sindicatos mayoritarios en relación a las pensiones.
Estoy afiliado a CCOO desde que tuve mi primer trabajo remunerado estable. Cuando era becario no me afilié sencillamente porque no hay estructura sindical en la que estar. Intenté hacerlo en varias ocasiones y me solían decir "bah, espérate a trabajar". Ya me dirán ustedes lo que hacen los becarios.
Creo firmemente en el sindicalismo, creo que ahora mismo son la única fuerza real de combate contra las agresiones que sufre la clase trabajadora. Hoy por hoy no hay nada organizado que pueda responder.
Ahora, que crea que son los únicos que pueden plantar batalla, no significa que crea que están plantando batalla. Y este problema es serio.
Desde mi óptica, ni CCOO ni UGT deberían haber firmado el acuerdo, ya que legitima una agresión en toda regla a sus afiliados y a los trabajadores en general. Conseguir una rebaja en unos meses y cuatro cosas más, no justifica el acuerdo.
Encima el papel que están jugando ahora justificando los motivos por los que han firmado, está siendo de risa. Me parecería más honrado que fuesen sinceros y dijesen "no hemos podido hacer más".
No voy a culpar sólo a los sindicatos. Los/as trabajadores/as de este país han abandonado la combatividad. Esto es responsabilidad principal de estos sindicatos, pero también de la clase trabajadora. ¿Qué seguimiento tuvo la huelga de empleados/as públicos? Varios sindicatos convocan una huelga por la primera bajada de sueldo en ese sector de la historia reciente, y el seguimiento fue mínimo. Es fácil decir "los sindicatos esto" "los sindicatos lo otro", pero los únicos legitimados/as para criticar son los que han secundado las luchas. Los que pasaron por distintos motivos, deberían ser coherentes y callarse.
Pero el sindicalismo, estos sindicatos, tiene un grave problema. Ahora mismo no representan a la clase trabajadora en general. Representan a los mismos sectores de hace varias décadas. No han sabido incorporar a los nuevos sujetos: inmigrantes, becarios, precarios, trabajo tecnológico, pymes, autónomos, etc. Tanto CCOO como UGT siguen siendo fuertes donde ya lo eran el siglo pasado: construcción, industria, transportes, etc. Trabajos que ya existían en el siglo XIX.
Hay una fractura generacional tan grande como un abismo. Los niveles de sindicación en mi generación son claramente inferiores con la generación que me precede. Eso hace que el acuerdo al que han llegado, cargue claramente contra mi generación y salve los muebles de la anterior. A los que tiene más de 50 años apenas les afecta. A los menores de 30 nos llega de lleno. Los sindicatos mayoritarios han generado un descrédito entre los menores de 40 años, que va a ser muy dificil de revertir.
¿De quien es la culpa? Pues compartida. Por un lado el pasotismo general, y que me lo den todo hecho (mucho criticar, pero bien que nos benefiamos de los convenios colectivos), y por otro la falta de ganas o interés de organizar a estos nuevos sectores.
Mientras estas nuevas realidades no se incorporen a las luchas, nuestra voz no va a ser oida.
Los que ahora mismo no nos sentimos ni identifiados/as, ni defendidos/as por la realidad existente tenemos dos opciones; crear nuevas formas de lucha o influir en las ya existentes.
No me creo en posesión de la verdad, pero las posiciones puras y aparentemente muy revolucionarias de sindicatos muy rojos y minoritarios llevan a situaciones como la huelga general convocada para el 27 de enero. ¿ sabíais que se convocó una huelga para ese día? Si la de septiembre algunos/as la tachan de poco seguida, la del 17 de enero, ni os cuento. ¿Qué utilidad tiene el sindicalismo minoritario?
Mi opción, ahora mismo, y sobre todo a la luz de que algunas voces dentro de CCOO siguen siendo críticas, y con las que me siento muy idetificado, es intentar que mi sindicato, CCOO aborde este tema generacional como se merece.
Supongo que cuantos más seamos, más fuerza haremos.