viernes, 10 de agosto de 2012

Syriza, Paraguay y el poder. (II)

Hay un caso muy reciente, ya olvidado para los grandes grupos de comunicación, que ilustra muy bien la necesidad de control del poder: Paraguay.

En Paraguay había una especie de PRI Mejicano llamado Partido Colorado, en el gobierno durante más de 60 años. Para poder derrocarlo hubo que buscar una figura carismática, el obispo Fernando Lugo, que consiguió unificar a sindicatos y partidos de distinta tendencia política. En base a esa correlación de fuerzas, tuvo que ceder la vicepresidencia a Federico Franco (con ese nombre y ese apellido, poco más se podía esperar de él), miembro del Partido Liberal Radical, denominado de centro. Signifique lo que signifique eso.

En las elecciones presidenciales se consiguió un hito histórico, el candidato Lugo consiguió la victoria. Pero fue una victoria simbólica, porque  la mayoría de las estructuras del estado, las que dan poder, no eran fieles al resultado electoral, si no a los privilegios que habían conseguido durante años de mandato del Partido Colorado.

En Venezuela pasó algo parecido, hasta tuvo su propio golpe de estado. Pero había una diferencia importante: Chavez tenía apoyo de un partido importante, de mmss, sindicatos, y quizás lo más importante, de una parte no menor del ejercito. El golpe se paró en apenas unos días debido a las grandes movilizaciones y al apoyo declarado de una parte del ejercito.

En Ecuador o Bolivia desde que Correa y Morales gobiernan respectivamente ambos paises, ha habido intentos legales e ilegales por cambiar el poder. En ambos sitios se ha mantenido gracias a un apoyo popular organizado que se ha venido visualizando en movilizaciones y procesos electorales.

Se podrían poner varios ejemplos, a izquierda y derecha, de mantenimiento del poder. Y como decía en el anterior post, el mantenimiento del poder es básico para la realización de las políticas.

Si algo nos ha enseñado el ejemplo de Paraguay, es que no es necesario solo con ganar unas elecciones. Necesitas tener un apoyo mayoritario y muy organizado.

Esa es la gran tarea de cualquier organización que pretenda ser alternativa de poder.